Como cuando quieres aprender a meditar y solo escuchas máquinas.
Así debemos cultivar la tranquilad del espíritu moderno:
con la persistencia de animales artificiales.
Los autos son ese sonido ambiente
como el ir y venir de las olas de una noche de verano en Acapulco.
De repente la bocina de un camión, una ballena solitaria.
la urgencia de ambulancias y patrullas
como gaviotas en la urgencia del ritual de la pesca.
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