Escribo en este blog para dejar salir algunos pensamientos; ideas que por las noches no me dejan dormir. Son destellos que durante el día me mantienen exhausta porque no logro comunicarlas, pero ahí están, desde hace años. Necesito expresarme de alguna forma antes de que ellas se vuelvan tumores o agua estancada. Fluir pero también salirme de mi cabeza; conectar si es que a alguien le hace algún sentido.
miércoles, 18 de marzo de 2020
Discurso de Estocolmo | Camus
jueves, 12 de marzo de 2020
Ágora
Coyuntura
Que curioso que vivamos la coyuntura como si no hubiera historia, cómo si no hubiera filosofía. ¿Qué no hemos escrito suficientes novelas? Nos ahoga, nos incendia, nos derrumba. Cómo si fuéramos lxs primeros en tocar este suelo. Cómo si no hubiéramos pasado ya suficientes tragedias. Pero también alegrías. Nos decimos unxs a otrxs lo que sabemos, lo que escuchamos, esos primeros prejuicios. ¿Y todo lo qué hay detrás? ¿Qué pasa con esta memoria que ama el drama presente? Parece gozar del sufrimiento y la tragedia permanente. ‘Estamos en crisis’. Cuántas veces lo habré escuchado. Todo es igual pero con más gente, más conexión y más distracción. No hay nada nuevo bajo el sol. ¿Habremos ya dicho todo? La pregunta es ¿de cuántas formas? Cómo estamos evaluando el aprendizaje.
miércoles, 11 de marzo de 2020
Nadie nos dijo...
Pero crecimos y ¡oh sorpresa!
Nadie nos dijo que esos hombres que creíamos "de la realeza" nos iban a lastimar tanto. Nadie nos dijo que nos harían sentir infinidad de veces inadecuadas e insuficientes por no cumplir con sus estándares de belleza. De ahí que aprendiéramos que ser extra delgadas, güeras de ser posible y de 90-60-90, era el imperativo categórico del ser mujer. Desde la más temprana de nuestra adolescencia nos dimos cuenta de que no éramos lo que supuestamente teníamos que ser. Las revistas, los comerciales, los escaparates, los personajes de nuestras series favoritas nos lo recordaban una y otra vez. ¿Cuántas no crecimos con la idea de que necesitábamos al menos una cirugía estética? ¿Cuántas no crecimos con la idea de que debíamos ponernos a dieta, vomitar o incluso dejar de comer? ¿Cuántas no crecimos con la idea de que la forma natural de nuestro cabello era impresentable, que nuestra piel era o muy clara o muy oscura y que inevitablemente necesitábamos del maquillaje para poder gustarle a los hombres? ¿Cuántas no crecimos simplemente rechazando nuestros cuerpos? ¿Cuánto dinero han pagado amigas mías en ropa, gimnasios, cremas, perfumes, zapatos, pastillas..., para poder parecerse un poco a las conejitas de Playboy o a las modelos de pasarela?
Nadie nos dijo que esos príncipes azules iban a abusar sexualmente de nosotras en la primera oportunidad, algunos alcoholizándonos, o peor aún, drogándonos, y en muchos de los casos, siendo aún unas niñas; que además se lo contarían a todo mundo para ser aplaudidos mientras que nosotras quedaríamos como unas "zorras". Nadie nos dijo además que sí quedábamos embarazadas seríamos unas delincuentes al abortar; y nadie nos dijo que tendríamos que buscar hacerlo a escondidas para no ofender a nadie, poniéndonos en riesgo a nosotras mismas después de haber sido abandonadas por quién momentos previos había negado su paternidad. Nadie nos dijo que a ellos les dijeron que estaba "bien" estar con el mayor número posible de mujeres por lo que iba ser normal para ellos la infidelidad, que se aburrirían de nosotras y que estarían de forma perpetua buscando acostarse con otras. Nosotras en cambio debíamos esperar al matrimonio y ser niñas "bien".
Nadie nos dijo que esos hombres en quienes confiábamos nos tomarían fotos y grabarían nuestra intimidad sin nuestro consentimiento, o que aun consintiendo, lo divulgarían por Internet o en el chat de sus amigos. Nadie nos dijo que nos tocarían en el transporte público y que nos acosarían por las calles, tampoco nos dijeron que para ellos las mujeres éramos prácticamente un objeto y que muchos de ellos nos violarían y nos asesinarían sin el mayor remordimiento. Nadie nos dijo que nos secuestrarían para obligarnos a hacer pornografía o para comercializar nuestro cuerpo.
Nadie nos dijo que ellos nos subestimarían en todos los campos del conocimiento, las artes y en el ámbito profesional por ser, según ellos, "sentimentales," "conflictivas", "poco racionales" y "menos competentes", pero eso sí, qué eramos las campeonas del hogar, la cocina y del cuidado de los hijxs. Nadie nos dijo que nos costaría el doble conseguir un asenso sin tener que acostarnos con el jefe, terminar una carrera y hacer que nuestra voz fuera escuchada. Ni hablar de participar en política; nadie nos dijo que nos violentarían al intentarlo.
Nadie nos dijo esto y tampoco nadie nos dijo que los hombres lo iban a negar todo cuando al fin tuviéramos el valor de decirlo, de denunciarlo, de simplemente contarlo; que nos llamarían exageradas, delicadas o "feminazis". Toda esta desilusión, toda esta constatación es lo que nos tiene tristes, enojadas, indignadas, furiosas.
Nos hicieron creer que las mujeres eramos enemigas unas de otras, pero !oh sorpresa! hemos empezado a hablarnos de nuevo y estamos tratando de entenderlo todo, cuestionarlo todo y re-aprenderlo todo.
El feminismo busca por ello destruir todo esto para poder reconstruir y crear nuevas representaciones de lo que significa ser mujer, plantear formas más maduras de amar y ejercer plena y libremente nuestra sexualidad. Porque esto no tiene que ser así. No tenemos porqué solo jugar con muñecas y seguir sus patrones absurdos de belleza. Por ello el feminismo no solo es una filosofía de ruptura con el sistema que predomina en nuestra sociedad, sino también es una filosofía de transformación y reconciliación de las mujeres con nuestros propios cuerpos, con nuestra sexualidad, con otras mujeres. Porque no solo los hombres nos han lastimado con esto, sino también nosotras mismas nos hemos dañado unas a otras creyéndonos todo este cuento, negando a otras mujeres, hablando mal de ellas y haciéndonos aliadas sin darnos cuenta del patriarcado. Por ello el feminismo no solo es un movimiento de destrucción sino también un movimiento de creación, de imaginación, sanación y de mucha paz. Nadie nos dijo nada, por eso ahora buscamos decirlo todo.
Sobre cómo los hombres mandan sobre nuestros cuerpos
miércoles, 4 de marzo de 2020
¿Por qué hablamos de violencia de género?
He leído muchos comentarios en redes sociales en dónde de alguna manera se descalifica el uso de este concepto y se afirma que no es un problema de género, "de hombres contra mujeres", sino un problema entre "malos y buenos" o un problema mucho más profundo de violencia generalizada de la propia naturaleza humana. He visto también muchos comentarios en donde se trata de mostrar que los hombres también sufren de violencia, no solo de otros hombres, sino también por parte de las mujeres.
Generalmente quienes nos asumimos feministas nos enojamos (por decir lo menos) al ver este tipo de reacciones, pero estos días he estado reflexionando acerca del despropósito de esta indignación al recordar el tiempo que a mi me costó entenderlo a pesar de mi formación, por lo que comprendí que lo que necesitamos, no es continuar con este círculo vicioso de descalificaciones porque nuestros contactos tal vez no hayan tenido el mismo proceso intelectivo para tener una postura a favor o contra de esta construcción teórica particularmente polémica. Me parece que es completamente responsabilidad de las ciencias sociales y de quienes nos dedicamos a estos problemas, la falta de entendimiento y socialización de un concepto en suma complejo para quienes no necesariamente se dedican a estudiar y pensar los fenómenos políticos, sociales y culturales que nos rodean.
¿Por qué hablamos de la violencia de género? Tienen razón al afirmar que los hombres también sufren de violencia, pero es vital entender que a varias especialistas les pareció importante clasificar esta forma de violencia porque tiene una característica muy particular que la hace diferente al tipo de violencia que padecen -ojo- en general los hombres, e incluso a otras formas de violencia que también sufren las mujeres de la misma manera que los hombres.
Porque después de estudiar infinidad de casos, testimonios, denuncias, peritajes antropológicos, la historia de las sociedades humanas, entre otras múltiples cosas, hemos notado un patrón que se repite en un número significativo y alarmante de casos: la existencia de estereotipos (usualmente negativos), o concepciones acerca del rol de la mujer en la sociedad, que justifican la violencia de los perpetradores.
Les voy a contar un caso que a mi me ayudó a entender la violencia política por razones de género. En una comunidad de Oaxaca, una mujer, simplemente por el hecho de manifestar su intención de participar en la política, fue azotada públicamente con un látigo por su propio abuelo como un castigo ejemplar porque en dicha comunidad prevalece la idea de que las mujeres NO deben y no pueden tomar parte de las decisiones que afectan a la colectividad. En otros lugares, se han colgado mantas afirmando que las mujeres solo sirven para "cocinar, coger o tener a los hijos" NO PARA HACER POLÍTICA.
Pero algo que también deben saber es que estos casos no son aislados, y muchos de ellos han sido documentados, no solo en México, ni tampoco solo en las comunidades indígenas, sino en TODO el mundo. En Estados Unidos, en Inglaterra, en Afganistan, si bien de diferentes maneras y con diferentes grados, las mujeres sufrimos múltiples formas de violencia por el SIMPLE hecho de ser mujeres.
¿Les parece absurdo el genocidio que padecieron los judíos por los Nazis por el simple hecho de ser judios? ¿Les parece absurdo la discriminación de las personas afrodescendientes por el simple hecho de tener la piel oscura? Entonces podrían también estar de acuerdo en lo absurdo que es que en pleno Siglo XXI aún existan actos irracionales de violencia en contra de mujeres por el simple hecho de ser mujeres. Por ello es que los organismos internacionales defensores han alzado la voz y obligado a todos los estados parte a tomar cartas en el asunto. Porque esto, amigos y amigas es algo inaceptable para la vida digna de las mujeres.
¿Qué si matan más a los hombres que a las mujeres? Sí, pero entiendan que es por razones diferentes. A los hombres no los matan en nuestro país por el simple hecho de ser hombres. Son otras las causas. No podemos atacar problemas distintos con las mismas herramientas. En México, la principal causa de muerte es la diabetes. Les pregunto ¿esto hace menos importante las muertes por cáncer? ¿Debemos llamar a todas las enfermedades "enfermedades a secas" porque todas las personas sufren de alguna manera u otra una enfermedad? Entiendan de esa manera que en las ciencias sociales no podemos llamar violencia a secas una forma de violencia tan absurda como la violencia de género. Necesitamos diferenciarla para entenderla mejor y poder erradicarla de la mejor manera.
Aullido, Allen Ginsberg
I Vi las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, hambrientas histéricas desnudas, arrastrándose por las calles de los ne...
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Resultó que también estábamos huidos. Yo huida del tiempo. Quería como siempre acelerar el destino. Él huido de quien sabe qué, pero huido a...
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Estoy de vacaciones y siento culpa: de tener pendientes; de no cumplir los planes; de no hacer ejercicio y dieta; de no leer; de no escribir...