miércoles, 20 de noviembre de 2019

A Emélida Carrillo

Hoy fue el aniversario de la revolución mexicana y me pareció sumamente simbólico encontrarme en Sonora para impartir un seminario de introducción al derecho electoral mexicano.

En primer lugar, porque influyentes caudillos de la revolución fueron sonorenses. Todos también, ex-presidentes de la república:

Adolfo de la Huerta, Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Abelardo L. Rodríguez.

En segundo lugar, porque dentro de lo que tenía contemplado explicar en el seminario, estaba la importancia de la creación del Partido Nacional Revolucionario por parte de Plutarco Elías Calles tras la muerte de Obregón como parte de un plan para pacificar las tensiones de la familia revolucionaria. Acto que inauguraría una etapa de institucionalización de las pugnas políticas.

Sin embargo caí en cuenta que no sabía nada respecto al papel de alguna mujer sonorense en la revolución. Bendito internet. Después de una más o menos larga búsqueda, pude encontrarme con Emélida Carrillo, profesora sonorense quien fue la primera en exigir el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres en aquella entidad.

En 1925 envía una carta al congreso local diciendo lo siguiente:

“Queremos el derecho a votar y ser votadas lo mismo que lo tienen los hombres a los 21 años en adelante. ¿Somos las mujeres tan indignas que se nos compara con los delincuentes, los ladrones, los criminales? ¿Qué acaso no tenemos alma, inteligencia, para que se nos trate lo mismo que a los animales? ¿O acaso espera usted que demos un cuartelazo y nos levantemos en armas como parece ser la costumbre mexicana? Queremos que el sufragio femenino sea lo primero que se discuta cuando se abran las sesiones del Congreso, pues nuestro mayor deseo es poder votar”.

Sin embargo el voto femenino se reconoció en Sonora hasta 1952.

Así muchas mujeres en el anonimato de la historia... hagámosles justicia, contemos sus hazañas.


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