domingo, 20 de octubre de 2019

Algunas preguntas


Quiero delimitar estas reflexiones únicamente al momento de la toma de decisión, sin evaluar todo lo que tuvo que pasar para encontrarnos ante esa situación, ni todo lo que que ha pasado después; porque eso definitivamente amerita otro análisis. 

¿Queremos vida para tener seguridad? o ¿queremos seguridad para tener vida? No me vengan entonces con que el principal, o el último fin del Estado es brindarnos seguridad. No me vengan tampoco rezando la definición de Estado de Max Weber: Monopolio de la violencia física legítima, y mucho menos citando a Maquiavelo para quien el fin puede sin mayor problema justificar los medios. Los invito a leer de nuevo con cuidado a Hobbes, Locke y Rousseau. Vida, libertad y propiedad. Estos derechos básicos han justificado el uso de la fuerza, no al revés. 

Atrevámonos entonces a cuestionar la legitimidad de la violencia. ¿Podría ser legítima en todo momento? Decidámonos ¿son los derechos humanos los pilares del estado de derecho o solo los invocamos para convivir? ¿Que ese no es el debate sino el operativo fallido? Se me olvida que no a todos nos gusta llevar nuestros argumentos hasta el último extremo.

Necesitamos una nueva teoría del Estado porque las respuestas que nos enseñaron ya no resuelven las problemáticas del siglo XXI.

Sobre las cárceles

Reflexionemos. ¿Para qué nos va a servir poner un narco tras las rejas? Queremos fundir en un hoyo a los criminales y penalizar todos nuestros problemas ¿pero nos hacemos cargo de las cárceles? ¿y la reinserción social? ¿alguien se ocupa de los microinfiernos que se viven ahí dentro? es que parece que solo estamos haciendo tiraderos de basura pero no es posible quemar lo que ya no queremos sin intoxicarnos. Y después, pregunta seria, ¿encerrar a una persona en qué grado va a disminuir el consumo de drogas y la violencia que se desprende de ella? Pensemos entonces para qué pedimos un Estado “firme”. Me asombra que les parezca más importante el honor del estado que la vida humana.

Otra pregunta seria ¿a quién le interesan los consumidores? ¿quiénes son y por qué lo hacen?

Amigo-enemigo y el honor aplastado de la hombría 

"Es que son nuestros enemigos" "El Estado no puede humillarse" o lo que es peor como dijo Brozo, "dar las nalgas". Primero, ¿seguimos usando la lógica del amigo-enemigo? segundo, y lo que más me asombró de todo esto, ¿por qué existe la necesidad de darle una connotación sexual a todo. Qué doloroso observar las más profundas manifestaciones de la misoginia.  "Dar las nalgas" es usado como un sinónimo de humillación. Luego dicen que no nos encontramos en relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres.

No se trata aquí de defender a alguien, sino de pensar el caos y el estado de deriva en el que nos encontramos.

Es que todo esto me recordó un clásico dilema ético: si tuvieran que decidir entre sacrificar la vida de una niña porque con ello se acabarían todos los problemas de la humanidad, ¿qué decisión tomarían?

Todo depende de si somos utilitaristas o derecho humanistas y de si nos vamos a tomar en serio la dignidad humana. 

¿Que este discurso sólo se usa de forma ideológica para justificar la incompetencia? Es posible y si no quisiera el Estado ser cuestionado por ello tendría que ser congruente con este sistema de ponderación de aquí en adelante. 









No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿por qué seguir?

¿por qué seguir? si no te matan, te queman o te cortan la cabeza te hacen mierda  te infaman, te injurian, te hacen una comedia  tus propios...