Quiero delimitar
estas reflexiones únicamente al momento de la toma de decisión, sin evaluar
todo lo que tuvo que pasar para encontrarnos ante esa situación, ni todo lo que
que ha pasado después; porque eso definitivamente amerita otro análisis.
¿Queremos vida para tener seguridad? o
¿queremos seguridad para tener vida? No me vengan entonces con que el
principal, o el último fin del Estado es brindarnos seguridad. No me vengan
tampoco rezando la definición de Estado de Max Weber: Monopolio de la violencia
física legítima, y mucho menos citando a Maquiavelo para quien el fin puede sin
mayor problema justificar los medios. Los invito a leer de nuevo con cuidado a
Hobbes, Locke y Rousseau. Vida, libertad y propiedad. Estos derechos básicos han justificado el uso de la fuerza, no al revés.
Atrevámonos entonces a cuestionar la
legitimidad de la violencia. ¿Podría ser legítima en todo momento? Decidámonos
¿son los derechos humanos los pilares del estado de derecho o solo los
invocamos para convivir? ¿Que ese no es el debate sino
el operativo fallido? Se me olvida que no a todos nos gusta llevar nuestros
argumentos hasta el último extremo.
Necesitamos una nueva teoría del Estado
porque las respuestas que nos enseñaron ya no resuelven las problemáticas del
siglo XXI.
Sobre las cárceles
Reflexionemos. ¿Para qué nos va a servir poner un narco tras las rejas? Queremos fundir en un hoyo a los criminales y penalizar todos nuestros problemas ¿pero nos hacemos cargo de las cárceles? ¿y la reinserción social? ¿alguien se ocupa de los microinfiernos que se viven ahí dentro? es que parece que solo estamos haciendo tiraderos de basura pero no es posible quemar lo que ya no queremos sin intoxicarnos. Y después, pregunta seria, ¿encerrar a una persona en qué grado va a disminuir el consumo de drogas y la violencia que se desprende de ella? Pensemos entonces para qué pedimos un Estado “firme”. Me asombra que les parezca más importante el honor del estado que la vida humana.
Otra pregunta seria ¿a quién le interesan los
consumidores? ¿quiénes son y por qué lo hacen?
Amigo-enemigo y el honor aplastado de la
hombría
"Es que son nuestros enemigos" "El Estado no puede humillarse" o lo que es peor como dijo Brozo, "dar las nalgas". Primero, ¿seguimos usando la lógica del amigo-enemigo? segundo, y lo que más me asombró de todo esto, ¿por qué existe la necesidad de darle una connotación sexual a todo. Qué doloroso observar las más profundas manifestaciones de la misoginia. "Dar las nalgas" es usado como un sinónimo de humillación. Luego dicen que no nos encontramos en relaciones asimétricas de poder entre hombres y mujeres.
No se trata aquí de defender a alguien, sino
de pensar el caos y el estado de deriva en el que nos encontramos.
Es que todo esto me recordó un clásico dilema
ético: si tuvieran que decidir entre sacrificar la vida de una niña porque con
ello se acabarían todos los problemas de la humanidad, ¿qué decisión tomarían?
Todo depende de si somos utilitaristas o
derecho humanistas y de si nos vamos a tomar en serio la dignidad humana.
¿Que este discurso sólo se usa de forma
ideológica para justificar la incompetencia? Es posible y si no quisiera el
Estado ser cuestionado por ello tendría que ser congruente con este sistema de
ponderación de aquí en adelante.
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